"El grito de la tierra" de Sarah Lark

Por fin salió a la venta a finales del año pasado la tercera y última novela de la trilogía ambientada en tierras neozelandesas de la escritora alemana Sarah Lark. Y por fin he podido leérmela. "En el país de la nube blanca" me cautivó y "El grito de la tierra" me ha encantado. Para mí ha sido un final perfecto, aunque podría haber continuado mucho más.

Para los que no se han leído las dos primeras novelas, advierto que pueden haber spoilers en esta reseña.

Esta última parte de la historia se centra en la vida de Gloria y Lilian, bisnietas de Gwyneira McKenzie. Los padres de Gloria, Kura y William Martin estan de gira por Europa y quieren que su hija vaya a un internado de Inglaterra. Para que la pobre niña no se sienta sola en ese lugar, Gwyneira le pregunta a su nieta Elaine si puede enviar a su hija Lilian allí. Acompañadas por la tutora de Gloria, la señorita Bleachum, las dos primas emprenden un largo viaje hacia el viejo continente, pero no con la misma ilusión. Mientras Lilian está deseando llegar para conocer a nuevas amigas y ver Inglaterra, Gloria va por obligación, ya que ella siente que solo pertenece a las llanuras de Canterbury. Tras unos cuantos años aprendiendo las bellas artes, sus estudios son interrumpidos a causa de la Primera Guerra Mundial. Lilian es inmediatamente enviada de vuelta a Nueva Zelanda pero Gloria tiene que irse con sus padres de gira por América, muy a su pesar. Cansada de todo, se escapa con la intención de volver a su querida tierra pero antes tiene que encontrar la forma de poder atravesar medio mundo...

Después de la tranquila segunda parte "La canción de los maoríes", Sarah Lark vuelve con esta novela mucho más emocionante y bajo mi punto de vista mucho menos previsible. Somos testigos de primera mano de la participación en la Gran Guerra en Europa de los soldados australianos y neocelandeses (cosa que yo desconocía ya que no es muy común esta parte de la historia en los libros de texto ni en las novelas ambientadas en esa época). También visitamos la isla norte, gran desconocida en los dos volúmenes anteriores y profundiza mucho mas en la forma de vida y creencias de los maoríes.

Un gran final y una pena que esta historia ya se acabe. Sarah Lark ha hecho que me enamore de esas tierras lejanas y que sienta un deseo inmenso de poder visitar esas llanuras y esas montañas. Sin duda voy a estar muy pendiente de las próximas publicaciones de esta autora porque con sus historias he pasado unos ratos muy agradables.