En esta novela Marian Keyes nos presenta a la comunidad de vecinos de la calle Star, número 66, en Dublín. Este edificio está compuesto por cuatro pisos, en los cuales hay un vecino por planta. En la planta baja nos encontramos con el matrimonio compuesto por Maeve y Matt, una pareja joven, casados desde hace aproximadamente cuatro años y que su vida diaria pocas veces se sale de la rutina que tienen marcada. En el primero vive Jemima y su perro Rencor. Ella es una señora mayor que vive sola a la cual le dan la sorpresa de que su hijo Fionn, se va a vivir con ella una temporada. En el segundo piso viven dos polacos que están en Dublín para ganar dinero y volverse a su pais natal y Lydia, una taxista a la cual no le gusta mucho relacionarse con las personas. Por último, en el ático vive Katie, una cuarentona jefa en una empresa encargada de gestionar las estancias en la ciudad de los cantantes que pasan para sus conciertos, soltera y con un novio que no es muy bueno para las relaciones de pareja ya que vive más pendiente de su Blackberry que de Katie. Durante sus casi 600 paginas (en edición de bolsillo) Marian nos relata las idas y venidas de esta particular comunidad de vecinos, sus problemas cotidianos y sus relaciones entre ellos.
La historia está contada a través de un narrador ajeno a los protagonistas. De buenas a primeras no sabes quién es quien cuenta la historia y tienes la intriga de saberlo, pero hasta el final no lo descubres y la verdad que a mi me sorprendió porque no me lo esperaba para nada, lo ví bastante original. El libro está dividido en capítulos muy cortos (como mucho tienen 5 páginas los más largos) y en cada capítulo te cuenta lo que hacen en ese momento unos vecinos, o para saber el porqué de su situación actual, nos explica un poco de su pasado. Los capítulos no tienen una numeración correlativa, sinó que van marcha atrás. Es una cuenta atrás desde el día 61 hasta el 1 donde sucede el hecho que espera con ansias el narrador.
Los personajes me han gustado todos. No hay ninguno que sobresalga más o que tenga más importancia que los demás, sinó que Marian a dado el mismo protagonismo a todos por igual. Aunque si me tengo que quedar con alguno, sería con Lydia, la taxista anti-social. Supongo que será porque es la que se acerca a mi edad y con la que me puedo sentir más identificada.
Me leí este libro porque me lo prestó una amiga muy dada a leer novelas chick-lit. Tengo que reconocer que para pasar el rato y divertirte son unas novelas estupendas. No es la primera que me leo de esta autora, y todas me han gustado, así que para estos tiempos de bajón en los cuales no estoy mucho para la lectura es una apuesta segura para levantar un poco el ánimo. La recomiendo!