"Veinticuatro horas en la vida de una mujer" de Stefan Zweig

¿Quién no ha sentido un impulso alguna vez en su vida y a hecho algo sin pensárselo dos veces, sin pensar el qué dirán o sin pensar las consecuencias que tendrá dicho acto? Este es el tema principal de este libro.

En una pensión de la Riviera, en la década de los años 20, se hospedaban una serie de personajes bastante diferentes entre sí, los cuales se dedicaban a sus quehaceres durante el día y se juntaban en las horas de las comidas para mantener conversaciones triviales sobre lo que sucedia a sus alrededores. Todo era rutina en sus vidas hasta que un buen día llega un nuevo huésped, un joven francés muy atractivo, amable, con un don innato para las relaciones sociales. A las veinticuatro horas de su estancia en la pensión, él y Madame Henriette (mujer casada y con dos hijos que también es huésped de la pensión) se marchan sin dar ninguna explicación y dejando únicamente una carta al marido de ésta explicándole su marcha. Se forma un gran escandálo en la pensión, es el tema del día en las reunión de la cena, y todos critican a Madame Henriette por marcharse de esa forma tan precipitada. Excepto un huésped, el narrador de la historia. Él defiende a Madame Henriette porque nadie sabe realmente qué ha podido pasar por la cabeza de esa señora para irse con un desconocido y dejar a su marido y a sus hijos.

"-¿Usted no encuentra, pues, odioso, despreciable, que una mujer abandone a su marido y a sus hijas para seguir a un hombre cualquiera, del que nada sabe, ni siquiera si es digno de su amor?¿Puede usted realmente excusar una conducta tan atolondrada y liviana en una mujer que, además, no es ya una jovencita y que siquiera por amor a sus hijas hubiese debido preocuparse de su propia dignidad?."

Ahí es cuando Mrs. C., una distinguida dama inglesa que siempre se muestra discreta sin opinar en las tertúlias, decide explicarle al narrador (del cual no se sabe el nombre) la historia que le ha atormentado toda su vida y de la que no se siente nada orgullosa.

Es una historia llena de pena y de rencor. De como una persona decide de la noche a la mañana dejar de hacer su vida, su rutina, por otra persona a la cual no conoce de nada pero que en el poco tiempo que ha pasado con ella, lo ha sentido todo y se deja llevar por sus instintos, sin pensar en las consecuencias de sus actos ni de lo que el futuro le depara. De una persona que no tiene nada que perder en la vida, que todo lo que tenía se ha desmoronado y que de repente conoce a alguien que le puede aportar todo aquello que necesita, que anela. Pero no todo es como parece, y a veces esos instintos te pueden dar grandes alegrias o pueden hacer que te estés arrepintiendo el resto de tus dias.

No solo trata este tema en la novela, también se ve como era la sociedad en esos años veinte. Como se tenia que comportar la gente que pertenecia a la burguesia, siempre pensando en el qué dirán, actuando según los roles marcados por una sociedad hipócrita, sobretodo para las mujeres, las cuales tenian un destino impuesto el cual no podian rechazar.

Como en la otra novela que leí de Stefan Zweig, "Carta de una desconocida", su prosa también me ha enamorado, me ha tenido enganchada hasta el final y realmente me ha sorprendido. Con tan pocos personajes puede montar una historia tan bien narrada. Me alegro de haber conocido a este autor, y sin duda no será la última novela que lea de él.