Había leído reseñas muy positivas sobre este libro, así que cuando lo ví en Círculo de Lectores no dudé en hacerme con él. Muchas de las novelas ambientadas en la II Guerra Mundial hablan de los nazis y se ambientan en Alemania o en Francia, pero esta es diferente, ya que nos cuenta como fueron tratadas las personas de los países bálticos a manos de los rusos, porque durante esta guerra no solo hubo el enfrentamiento nazis contra judíos, sinó que también Rusia hizo una gran masacre con todos sus países vecinos. Por eso tenía muchas ganas de leerlo, para conocer otro punto de vista de la Gran Guerra que no es tan conocido, pero que también afectó a millones de personas.
La historia nos la cuenta Lina, una jovencita lituana de 15 años que vive junto a sus padres y a su hermano pequeño, Jonas. Su gran sueño es ser pintora, ya que se le da muy bien el dibujo, y por eso para el año siguiente ya lo tiene todo preparado para estudiar en una prestigiosa escuela de arte en Vilnius. Pero todos sus planes se rompen cuando la noche del 14 de junio de 1941 irrumpen en su casa unos agentes de la NKVD exigiéndoles a ella, a su hermano y a su madre que hagan la maleta y se suban al camión que los espera fuera. ("Me sacaron de casa en camisón" Así es como empieza a contarnos la historia Lina). Su padre había desaparecido un par de días antes sin dejar rastro. A partir de entonces, la vida de Lina y su familia gira entorno a la búsqueda de su padre y a su própia supervivencia a manos de los rusos.
Es terrible pensar que todo lo que se cuenta en esta historia es verdad. No existió una Lina, pero si millones de personas parecidas a ella que pasaron por grandes barbaridades sólo por trabajar en un determinado oficio o por tener unas ideas políticas concretas. En muchos momentos del libro se me saltaron las lágrimas, pensando como pudo (y puede) existir gente con tanta maldad, que trataban a los demás como si no fueran personas. Ruta Sepetys no duda en describir momentos de verdadera angustia, como por ejemplo, mientras son trasportados en camión hasta la estación de trenes más cercana, hacen una parada en el hospital para llevarse a una madre que acaba de dar a luz y a su bebé, o cómo en cada punto donde paran para darles de comer mientras realizan el viaje en tren , los agentes de la NKVD hacen "limpieza" de los cadáveres y los dejan tirados al lado de las vias del tren. Horrible.
Durante ese viaje que los lleva a las tierras más hostiles de Siberia, y en las paradas que van realizando en diferentes sitios antes de llegar a su destino, son obligados a trabajar durante largas jornadas de trabajo para poder conseguir un mísero trozo de pan para echarse a la boca.
Pero no todo lo que les ocurre es malo. En ese viaje, conocen a gente buena, que les ayuda en todo lo que pueden, y especialmente, Lina conoce a Andrius, un chico mayor que ella con el que tendrá una bonita relación de amistad y por el que descubrirá que es el amor.
Es un libro que es muy facil de leer. Está dividido en capítulos muy cortos que hace que sea más rápida la lectura. El lenguaje es sencillo y claro. La forma de escribir de la autora te engancha y hace que sientas interés por lo que le va a pasar a Lina y a su familia y no puedas dejar de leer. Un libro que me ha gustado mucho de principio a fin y que recomiendo sin dudarlo.